Tratado del deseo o la Mariposa traicionera(…todo se lo lleva el viento) Dos ensayos en prosa mariposa ¡Esa prosa mariposa! Esa prosa mariposa con que Gustavo aletea en nuestros sentidos es una apuesta por la búsqueda. No hay poesía sin búsqueda. Cuando el poeta deja de buscar, inventa metáforas adrede; pero le salen cansadas, somnolientas, falsas. El poeta que se aferra a sus metáforas ya está muerto. La poesía fluye libre cuando encuentra un cauce nuevo. Cuando surge espontánea de un alma que no encuentra en las gastadas palabras un cauce a sus impulsos. Entonces, la poesía revienta las barreras del idioma y crea nuevos senderos para decir lo que no se ha dicho. El poeta no inventa metáforas, crea códigos para decir algo nuevo. He visto cómo Gustavo fue creciendo en la metáfora. Le tomó la media exacta a las palabras y construyó un gran castillo. Se confeccionó un traje multicolor de metáforas que exhibía en las fiestas de gala. El traje tenía pieles blancas, alas de mariposas negra...