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Otro René Castillo solo quería ser humano


 

El emblemático poema de Otto René Castillo Solo queremos ser humanos posiblemente hubiera pasado como uno más dentro de su propuesta de poesía comprometida. Sin embargo, la sensibilidad social y estética de Fernando López lo convirtió en un canto de reivindicación universal. También lo convirtió en un himno de amor por las luchas sociales.

No es casual que, tras el fallo en el que se declarara culpable por genocidio a Ríos Montt, la versión musicalizada de Fernando López fuera entonada de forma espontánea: la canción había trascendido el momento coyuntural de denuncia concreta y se había convertido en un himno universalizado.

Para explicar un poco esa fuerza expresiva del poema vale la pena analizarlo y desmenuzar su contenido. Me voy a permitir utilizar algunas herramientas semióticas. Trataré de no acudir a metalenguaje complejo en aras de una comprensión más inmediata.

El poema, como un programa narrativo establecido desde el principio, anuncia y afirma su contenido ideológico de entrada: no lloramos; solo queremos ser humanos. Abre la posibilidad de una historia cuyo final ya se sabe pero que necesita de ser explicado. Para ello sirven los tres bloques de versos que dan cuerpo al poema:

La primera estrofa presenta una reiteración de imágenes oximorónicas. Por medio de ellas se da sentido al “solo queremos ser humanos”: hacer realidad lo imposible. Hasta acá no hay un planteamiento de denuncia. Solo un deseo por cambiar las cosas.

La segunda estrofa inicia con dos versos que empiezan a concretar una voz de denuncia: el transitar el hambre en sentido contrario alude a la presencia permanente y surreal del hambre que camina siempre hacia la persona, hacia cualquier persona. No se ha individualizado un sujeto. El plural de “queremos” habla de una voz compartida, aunque todavía no personalizada.

A partir de esos dos versos, la palabra “hambre” se convierte en el leit motiv: en el elemento reiterado que da sentido a todas las demás imágenes disfóricas:

  • Temblar en el vientre de la madre a raíz del hambre permanente
  • La sangre humana y lastimada por el hambre

Entonces, la primera repetición del estribillo alcanza una dimensión social: solo queremos ser humanos significa superar las causas que han provocado el hambre y que ahora se relacionan con el recordar la patria al desterrado.

La tercera estrofa es una concatenación de imágenes que definen el hambre y sus consecuencias:

  • ·         Desde el tema alimenticio: pan, carne, trigo, leche
  • ·         Desde el tema físico: pañales rotos, falta de pañales

Luego, la imagen que sintetiza el tema del hambre: se nos ha limpiado pulcramente el aparato digestivo y se nos ofrece como única forma de alimento la propia miseria.

Hasta entonces cobra sentido el “no lloró nadie”: las lágrimas no son de llanto; son de furia, coraje y lucha: exprimir los puños en los ojos. A partir de ahí se concreta, también, el sentido último de ser humanos: vivir la vida (comer, reír, enamorarse) y no morirla.

 

En síntesis, el poema plantea una situación actual disfórica en la que la vida se niega (se muere). Esta metafórica muerte se concreta en el permanente y surrealista transitar del hambre en sentido contrario (permanente, invariable, doloroso). Para dar la explicación social a lo anterior, el poema establece dos sujetos colectivos: 

  • El nosotros (“queremos”, “se nos dice”). En este caso, el yo pluralizado se identifica con el pueblo que sufre el hambre permanente y que sufre las atrofias fisiológicas, morales y psicológicas que provoca el hambre: hambrientos que se lanzan a mordernos hasta el alma. La alusión al destierro evoca elementos políticos de oposición negados. Es decir, ese yo colectivo solo puede revolcarse en la miseria o salir al exilio (como otra forma de morir la vida y no vivirla).
  • El otro sujeto, también pluralizado, remite a quienes provocan la muerte de la vida: los que limpian pulcramente el aparato digestivo y los que ordenan al primer sujeto el comer su propia miseria.

Desde ahí, el “no lloró nadie” plantea el mecanismo para pasar de la actual situación disfórica hacia el anhelado estado eufórico. Las lágrimas de dolor se han agotado y ceden su paso a la furia, coraje y lucha, metaforizado en los puños en los ojos. Esos puños remiten, también, a la propuesta revolucionaria de lucha por conquistar y reconstruir el ser humano; el anhelo de vivir la vida y no morirla: la revolución como el único camino para reconstruir la humanidad arrebatada.

Comentarios

soneteros ha dicho que…
A Otto René Castillo, no solamente se le recuerda por su poesía comprometida con la libertad del pueblo, ni sólo se le recuerda por ser un combatiente de la justicia, la equidad y la humanización del ser humano; se le recuerda por dar el ejemplo de sacrificar su vida por todos y morir para nacer eternamente, en el corazón de todos los que aman a Guatemala.
27.III.2022
Chong Ging Lee Duarte.
Tito Velásquez ha dicho que…
Totalmente de acuerdo con Chong Ging Lee Duarte: Otto René Castillo es el mejor ejemplo de poesía, compromio y lucha revolucionaria. Por ello, es un poeta imprescindible para quienes anhelamos una Guatemala más humana.

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