Ir al contenido principal

El horizonte (Variaciones sobre temas de Serrat)


Por las tarde se sentaba a contemplar el horizonte. Con su mirada escudriñaba las montañas lejanas y centraba su atención en ese gran pueblo que se advertía en lontananza. Imaginaba sus casas blancas, sus habitantes laboriosos y el movimiento constante. No podía evitar compararlo con la pasividad de su pueblo, el siempre lo mismo de sus habitantes y la monotonía que él mismo vivía tarde con tarde al caminar hasta esa roca y sentarse a contemplar el paisaje.

Tomó lo mínimo necesario y se puso a caminar rumbo al horizonte. Tras varios días, llegó cansado pero con mucha ilusión. Quedó fascinado porque el pueblo del horizonte era mejor de lo que en su imaginación había creado. Claro, viviendo en ese pueblo, su imaginación tenía como límite su propia experiencia. Pero ahora estaba ahí, en su horizonte, conviviendo con esa gente que ahora era real, que caminaba, que trabajaba, que se movía.

Buscó una casa en la parte más alta para poder contemplar el horizonte tarde con tarde. Pero ahora el horizonte era nuevo. Este pueblo ahora le permitía ver en un nuevo horizonte, más espléndido, majestuoso, inquietante. Tomó sus cosas y se puso a caminar en pos del nuevo horizonte, a donde pronto llegó.

Convirtió su vida en la búsqueda de nuevos horizontes. Cada vez que alcanzaba el pueblo que habitaba su horizonte, subía a la colina para avistar un nuevo horizonte. Y cada horizonte le resultaba más bello y espectacular que los anteriores.

Subió los montes, bajó a los valles, cruzó ríos, navegó los lagos, surcó los océanos y cada nuevo horizonte le brindaba uno más grandioso. Él se sentía eufórico en esa vida que se había convertido en búsqueda permanente.

Finalmente, se planteó fijarse como límite el horizonte más sublime que encontrara. Ya no era solo la fascinación lo que buscaba. Tenía ahora un horizonte ideal que había construido con la suma de todos los horizontes encontrados antes. Cada nuevo horizonte era comparado con todos los anteriores y rigurosamente analizado para determinar el mejor. Llevaba los ojos empapados de horizontes vividos y la mente con el sueño del horizonte ideal.

Finalmente lo encontró.

Después de andar y andar encontró el horizonte perfecto y se quedó ahí. Era más bello de lo imaginado y superaba con creces la suma de todos los horizontes vividos antes. Lo recibieron su esposa y sus hijos. Saludó a sus padres, sus amigos, sus mascotas. Buscó la roca que le dio la vista del primer horizonte y continuó subiendo a ella, tarde con tarde, para contemplar a sus anchas el horizonte que, al verlo, le hacía recordar todos los demás horizontes.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Todo camino que vale la pena recorrer te llevará a ti mismo.
Saludos Tito! Felicidades
mariano parvel ha dicho que…
Curioso... no lo avia visto de esa forma!!! Grandes palabras.

Entradas populares de este blog

Análisis estético de la canción Yolanda, de Pablo Milanés

Yolanda Pablo Milanés Esto no puede ser más que una canción; quisiera fuera una declaración de amor romántica, sin reparar en formas tales que pongan freno a lo que siento a raudales. Te amo, te amor… eternamente, te amo. Si me faltaras no voy a morirme. Si he de morir, quiero que sea contigo. Mi soledad se siente acompañada. Por eso a veces sé que necesito tu mano, tu mano… eternamente, tu mano. Cuando te vi, sabía que era cierto este temor de hallarme descubierto. Tu me desnudas con siete razones. Me abres el pecho siempre que me colmas de amores, de amores… eternamente, de amores. Si alguna vez me siento derrotado renuncio a ver el Sol cada mañana. Rezando el credo que me has enseñado miro tu cara y vivo en la ventana. Yolanda, Yolanda… eternamente, Yolanda Presentación De esta canción se conocen muchas versiones. Recuerdo al menos las versiones de Silvio Rodríguez, Manuel Mijares, Vicente Frenández, Guadalupe Pineda, entre va

El hueco, la vieja y el indio

  Tres palabras que resumen las fobias de una sociedad ultratconservadora, ultrarracista, ultramachista y homofóbica. ¿Cómo utilizarlos para desviar la mirada de lo esencial, a partir de una crónica de un golpe de estado archianunciado? Veo una especie de miopía en los alcances de las interpretaciones de la oposición con respecto a los sucesos recientes. Estamos frente a una organización criminal que se mueve con mucha inteligencia y que ha sido capaz de vendernos una narrativa aparentemente de oposición pero que, en el fondo, responde a su propio juego. En primer lugar, fraguaron un plan desde que el actual gobierno asumió. Giammattei conoce desde hace muchos años cómo funcionan los hilos de la corrupción y sabe cómo conducirse con las élites del poder. Es, además, un ser pusilánime, resentido y, sobre todo, con mucha inteligencia como para no dejar cabos sueltos. Sabe cuándo soltar globos y cómo calcular las reacciones de la oposición, por demás fragmentada o simplemente idealist

El himno de La patria del Criollo

El segundo m á s bello Con motivo de los Juegos Ol í mpicos de Londres, el diario The Telegraph public ó , en 2012, una lista con los diez himnos m á s feos del mundo. Encabezaba la poca honrosa enumeraci ó n el canto nacional de Uruguay y en ella se inclu í a a los de Espa ñ a y Colombia. En Guatemala tenemos claro que nuestro Himno es el segundo m á s bello del mundo. En M é xico, Colombia y Costa Rica, tambi é n. Solo que en cada pa í s el propio es el segundo m á s bello. Lo curioso es que en ning ú n pa í s se cuestiona que sea La Marsellesa el primer í simo. A esa canci ó n de guerra, adoptada como Himno Nacional de Francia tras el triunfo de la Revoluci ó n burguesa, nadie le discute su primac í a. Quiz á por el prurito de que “ si digo que el de mi pa í s es el m á s bello, se creer á que es por patrioterismo ” . Lo cierto es que no nos atrevemos a nombrarlo como el m á s bello. En M é xico dicen que es el segundo, “ apenas despu é s de La Marsellesa ” . Quiz á pued